Desde el formulario de participación de madrilízate, nos envían esta recomendación:
En la carrera de San Jerónimo nº 8, existe desde 1839 un establecimiento llamado Lhardy,
conocido y comentado en las buenas guías como resturante elegante e histórico, situado en
el primer piso del edificio. Pero se habla menos del establecimiento del mismo nombre
que hay en la planta baja y que es el que ahora quiero comentar y recomendar, no solo,por
su calidad y originalidad, sino también por lo práctico que resulta tanto para tomar un
aperitvo, como para tomar un "tenteenpié" o una comida o cena informal en caso de
disponer de poco tiempo. Es un establecimiento con apariencia de tienda de ultramarinos
que conserva una decoración antigua muy atractiva. Es importante el consomé que se sirve
uno mismo de un anfora de plata situada al fondo y sobre repisa de marmol. Y a esto
puedes añadir unas croquetas recien hechas, o unas barquitas de ensaladilla o bien unos
pequeños sandwich de jamón, vegetales y otros o encargar unos montadidos de salmon o de
otras delicadezas.Todo exquisito. Se sirven vinos y cervezas y tamien puedes tomar unos
pastelitos de respostería o comprar fiambres para llevarte a casa. Todo hay que tomarlo
de pie, porque no hay sillas, lo cual es un inconveniente en apariencia, pero es muy
práctico en la realidad, pues el "piscolavis" que se toma allí es en plan rápido. Si van
a los teatros de la zona, es unn buen sitio para visitar.
Sin duda, un lugar para tener en cuenta ....
En la carrera de San Jerónimo nº 8, existe desde 1839 un establecimiento llamado Lhardy,
conocido y comentado en las buenas guías como resturante elegante e histórico, situado en
el primer piso del edificio. Pero se habla menos del establecimiento del mismo nombre
que hay en la planta baja y que es el que ahora quiero comentar y recomendar, no solo,por
su calidad y originalidad, sino también por lo práctico que resulta tanto para tomar un
aperitvo, como para tomar un "tenteenpié" o una comida o cena informal en caso de
disponer de poco tiempo. Es un establecimiento con apariencia de tienda de ultramarinos
que conserva una decoración antigua muy atractiva. Es importante el consomé que se sirve
uno mismo de un anfora de plata situada al fondo y sobre repisa de marmol. Y a esto
puedes añadir unas croquetas recien hechas, o unas barquitas de ensaladilla o bien unos
pequeños sandwich de jamón, vegetales y otros o encargar unos montadidos de salmon o de
otras delicadezas.Todo exquisito. Se sirven vinos y cervezas y tamien puedes tomar unos
pastelitos de respostería o comprar fiambres para llevarte a casa. Todo hay que tomarlo
de pie, porque no hay sillas, lo cual es un inconveniente en apariencia, pero es muy
práctico en la realidad, pues el "piscolavis" que se toma allí es en plan rápido. Si van
a los teatros de la zona, es unn buen sitio para visitar.
Sin duda, un lugar para tener en cuenta ....
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